Daisy Muñoz, Mamá de Matías

Estuve hospitalizada en el servicio de Embarazo Patológico del Hospital Sótero del Río, por una preeclampsia silenciosa, no tenía síntomas ni presión alta, pero los exámenes dijeron otra cosa, estaría ahí hasta que el bebé naciera, una larga estadía. Al cabo de unas semanas el crecimiento del bebé se detuvo, y no estaba teniendo actividad suficiente, por lo que se decidió una cesárea en la semana 33, Matías nació el 11 de junio 2021, con una buena evaluación, pesó 1.850 y un alto puntaje en Apgar, sólo debíamos esperar que aumentara el peso para llevarlo a casa. A la semana de nacido me llamaron de la Neo para avisarme que el niño estaba con una enterocolitis necrotizante, que iniciarían tratamiento con medicamentos, pero si no daba resultado, debía ir a pabellón, horas después me avisa la doctora que no quería esperar más, que se lo llevarían a pabellón esa misma tarde, se me cayó el mundo otra vez, después de haber estado un mes y medio hospitalizada, una semana separada sin mi bebé, en pandemia, ahora con la preocupación de su salud, fue horrible. Fuimos corriendo al hospital que afortunadamente tenemos cerca, le dimos todos los besos que pudimos y se lo llevaron a pabellón, todo el mundo me daba ánimos, que todo saldría bien, y así fue, Matías pudo!, Estuvimos dos meses en la Neonatología del Sotero del Rio, porque Matías quedó ostomizado, aprendí a limpiar su ostomía, y dediqué mi vida a él esos meses, no falté ni un solo día para poder amamantarlo la lactancia fue un desafío! ya que la extracción no me resultaba, recibí apoyo de todo el equipo de médicos, técnicos, kinesióloga, matronas de lactancia, psicóloga y asistente social, me hice una más del equipo. Matías tuvo su operación de inserción de intestino muy exitosa y a las dos semanas después había alcanzado el peso adecuado, le dieron de alta el 19 de agosto 2021, quedamos con lactancia mixta que llegó hasta el año y 2 meses. Ahora Matías es un niño sano, feliz, inquieto y explorador como todo bebito de un año y tres meses dando sus primeros pasitos. Matías nos dió una lección hermosa de vida, y siempre pienso que no llegó antes, llegó cuando tenía que llegar, así de perfecto, así de agradecidos. 

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